Marta Reverte lleva estigmatizada en su alma la palabra arte. Hija de músico y formada como bailarina durante 13 años, decide cambiar el rumbo dirección a las cabinas a la mayoría de edad. Sus inicios en Bar Ocio sentaron los cimientos de lo que fraguaría y construiría posteriormente en Moss Club, una artista con una personalidad musical descomunal a pesar de su juventud. Movimientos gravitatorios en torno al “Deep-Techno”, la etiqueta en la que se siente más cómoda, lluvia de melodías, profundidad, armonía y groove imparable. Ideas claras y seriedad en la cabina. Música para bailar y sentir.
Granada, Castellón, Albacete o Alicante ya han disfrutado de la sutileza de las mezclas de Marta, al igual que ha dejado su huella en cabinas por donde han pasado esa misma noche Javi Bora o Chelina Manuhutu, además de ser pieza activa de DVICE Underground Music, agencia en la que comparte dossier con Pizzicatto, Iván Serra o Mike Gannu.
M de Marta, M de Música, M de Murcia, M de Moss, club donde ha cumplido dos años de residencia, su casa, su conservatorio particular, donde ha tomado e impartido clases de forma simultánea, cada fin de semana, donde ha reclutado a soldados adictos a su sonido, que han quedado hechizados ante su casi insultante elegancia a la hora de repartir electrónica desde su particular barricada.
Marta Reverte es música indomable, es afán de aprendizaje y de defender su parcela de artista con sencillez y creciente talento. No hace falta decir que el futuro es suyo porque el presente ya lo es. Dulce apostura para hacer bailar y provocar emociones…